- Limpia las sardinas: Retira las escamas de las sardinas con un cuchillo o una espátula raspando desde la cola hasta la cabeza. Abre el vientre de las sardinas y retira las vísceras con cuidado. Enjuaga las sardinas bajo agua fría y sécalas con papel absorbente.
- Prepara el rebozado: En un plato hondo, coloca harina suficiente para rebozar las sardinas. Puedes sazonar la harina con una pizca de sal si lo deseas.
- Rebosa las sardinas: Pasa cada sardina limpia por la harina, asegurándote de cubrirla completamente. Sacude suavemente el exceso de harina y coloca las sardinas rebozadas en un plato aparte.
- Calienta el aceite: En una sartén amplia, añade suficiente aceite de oliva virgen extra para cubrir ligeramente el fondo. Calienta el aceite a fuego medio-alto hasta que esté caliente pero no humeante.
- Fríe las sardinas: Coloca las sardinas rebozadas en el aceite caliente, teniendo cuidado de no amontonarlas. Cocina las sardinas durante aproximadamente 2-3 minutos por cada lado, hasta que estén doradas y crujientes.
- Retira las sardinas: Con una espumadera o pinzas, retira las sardinas fritas de la sartén y colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
- Sirve y disfruta: Una vez escurridas, puedes servir los bocaditos de sardina inmediatamente. Puedes acompañarlos con rodajas de limón para darles un toque fresco y jugoso. Se suelen servir como aperitivo o tapa.
¡Y eso es todo! Ahora puedes disfrutar de estos deliciosos bocaditos de sardina, un clásico de la gastronomía cántabra. ¡Buen provecho!
0 comentarios