- Prepara las alcachofas: Comienza por limpiar y preparar las alcachofas. Retira las hojas exteriores duras hasta llegar a las hojas más tiernas. Corta la parte superior de las alcachofas y pela los tallos. Frota con medio limón para evitar que se oxiden.
- Sofríe la cebolla y el ajo: En una cazuela grande, calienta un poco de aceite de oliva a fuego medio. Agrega la cebolla picada y los ajos picados y sofríe hasta que estén dorados y fragantes.
- Añade el jamón y los pimientos: Agrega el jamón serrano en cubos y los pimientos rojo y verde cortados en tiras a la cazuela. Cocina durante unos minutos hasta que los pimientos estén ligeramente tiernos.
- Incorpora los tomates: Agrega los tomates pelados y picados en cubos a la cazuela. Cocina por unos minutos más hasta que los tomates se hayan ablandado y hayan liberado su jugo.
- Añade las alcachofas y el vino blanco: Coloca las alcachofas limpias en la cazuela y vierte el vaso de vino blanco. Añade sal al gusto. Mezcla bien para que las alcachofas se impregnen de los sabores de los ingredientes.
- Cocina a fuego lento: Reduce el fuego a bajo, tapa la cazuela y cocina las alcachofas durante aproximadamente 30-40 minutos o hasta que estén tiernas. Remueve de vez en cuando para que se cocinen de manera uniforme.
- Rectifica el punto de sazón: Prueba las alcachofas y ajusta la sal si es necesario. Recuerda que el jamón serrano ya aporta salinidad, así que tenlo en cuenta al condimentar.
- Sirve y decora: Retira del fuego y sirve las alcachofas en cazuela en platos individuales. Espolvorea perejil picado por encima para darle un toque de frescura y color.
¡Y eso es todo! Ahora puedes disfrutar de las alcachofas en cazuela, un plato reconfortante y lleno de sabor. Espero que lo disfrutes.
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