La alcaldesa sigue exprimiendo su legislatura. Permanece bajando al barro para seguir cosechando adeptos a fin de materializar su reelección, sin embargo, con este nuevo proyecto parece haber tocado hueso. En lo que se supone como un avance con el “objetivo de optimizar seis viales para proporcionar más seguridad vial, peatonal y una accesibilidad óptima que facilite los desplazamientos y potencie una mejora de la calidad de vida” conforme a lo que reza el comunicado del Ayuntamiento, parece haberse torcido de sobremanera. Gran parte de los vecinos de las calles afectadas fruncen el ceño cada vez que tienen que maniobrar entre grúas y ruidos de taladros para salir de su domicilio.

“Está muy bien que quieran mejorar, pero es que esto sigue igual desde hace meses… no se puede estar así”, R. G., estudiante universitario, lamentaba el lento transcurso y el escaso cambio que han supuesto las obras. Un testimonio que corroboraban el resto de los vecinos de las calles implicadas: Macías Picavea, José María González de Trevilla, Prado San Roque, Gerona, Amistad y Virgen del Camino.

Ajena a la polémica generada en los barrios aledaños a General Dávila, donde se están desarrollando dichas obras, la alcaldesa de igual manera, se vanaglorió de una de sus postreras decisiones en su actual mandato: “Seguimos generando obras y empleo en Santander y seguimos siendo el motor económico de la región con un gran dinamismo inversor”.

Acompañada Gema Igual de César Díaz, concejal de Fomento, ambos quisieron subrayar también la importancia de la inversión destinada al proyecto, rozando los 200.000 euros y estimando su finalización el próximo mes de abril para desconsuelo de unos vecinos que conviven con ruidos y molestias constantes. Gente Digital – Daniel Soriano