La alcaldesa de Santander, Gema Igual, ha visitado las nuevas naves de nichos construidas en el cementerio de Ciriego, que han supuesto una inversión municipal de 700.000 euros.

Durante la visita, en la que ha estado acompañada por el concejal Daniel Portilla y varios consejeros de la Sociedad Cementerio Jardín, Igual ha asegurado que estos 704 nuevos nichos darán encaje suficiente para cubrir las necesidades de los ciudadanos de cara a los próximos 7 años, “lo que nos permitirá tener capacidad para afrontar la demanda del presente y del futuro más próximo”.

La alcaldesa ha detallado que cada nave de nichos alberga un total de 22 nichos de base por cada cara, norte y sur, y 4 alturas (total nichos construidos 704) y que una de las novedades que presenta esta actuación es que los nuevos nichos incluyen en sus laterales jardines verticales.

“Creemos que es importante que las personas que deseen que sus seres queridos descansen en este cementerio tengan la oportunidad y el lugar más adecuado para hacerlo y para ello seguimos ampliando este camposanto que también se ha ido adaptando a los nuevos tiempos”, ha subrayado.

Así, ha recordado que fruto de esta adaptación fue la inauguración, en 2020, del Jardín de Cenizas, así como la nave de columbarios, unos trabajos que fueron ejecutados por la empresa Senor por un importe superior a 220.000 euros.

La nave de columbarios tiene capacidad para albergar 680 columbarios mientras que el jardín de cenizas, que se ubica en la manzana 71 del cementerio, abarca un espacio de unos 465 metros cuadrados en el que las familias podrán esparcir las cenizas de sus seres queridos y acudir posteriormente para estimular su recuerdo.

Asimismo, posteriormente, en marzo del 2022 se aprobó la adjudicación del contrato para el suministro, instalación y puesta en marcha de un nuevo horno crematorio en el Cementerio de Ciriego para sustituir el primero de los hornos instalados en nuestro camposanto en el año 1998 y en diciembre de 2022 se adjudicó la obra de instalación solar fotovoltaica sobre cubierta en el cementerio que cuenta con un total de 13 placas solares de 460 vatios.

Tal y como ha remarcado, estas son las intervenciones más recientes realizadas en el cementerio de Ciriego, dando continuidad a todas las inversiones que se vienen realizando, como son la sustitución de barandillas en todas las naves de nichos, consolidación de la nave Oeste 3 que se estaba hundiendo, reparación de la cubierta de la nave Oeste 8, reparación y consolidación de los panteones de Pardo, Uzcudun y Menendez Pelayo los cuales han pasado a formar parte del Patrimonio Municipal, e instalación de cámaras de seguridad en todo el perímetro del cementerio, así como la de una cámara en la sala de ceremonias que permite a los familiares y amigos del fallecido seguir la ceremonia de despedida por streaming.

Historia del Cementerio de Ciriego

El cementerio de Ciriego fue inaugurado en 1885. Hasta ese momento las inhumaciones en Santander, a lo largo del siglo XIX, se habían realizado en la propia ciudad, fundamentalmente en la Catedral y el convento de San Francisco, lugar en el que actualmente se erige el Ayuntamiento de la ciudad.

El crecimiento de la población y las medidas higiénicas y sanitarias promovidas en la época de la Ilustración inducen a que, en 1830, bajo el impulso del Obispo Menéndez de Luarca y el maestro de obras de José Alday, se inaugure la antigua necrópolis con continuas remodelaciones y ampliaciones.

Este hecho hace que durante un tiempo ambas necrópolis convivan hasta la década de los años veinte del siglo pasado. Esta convivencia crea una seña de identidad muy particular, el traslado de panteones del antiguo cementerio. Así Ciriego se convierte en el contenedor de algunas de las obras de la antigua necrópolis.

Casimiro Pérez de la Riva, que desde 1879 ocupa el cargo de arquitecto municipal de Santander con tan sólo 28 años, es el encargado en 1881 de elaborar las nuevas trazas de lo que será el Cementerio Municipal de Santander. El cometido del mismo era sustituir al ya mencionado cementerio de San Fernando, que a mediados del siglo XIX ya comenzaba a mostrar verdaderos problemas para su uso y su cercanía con la población santanderina.

En la actualidad, el recinto de Ciriego, que ocupa una superficie de 18 hectáreas (180.000 m2), constituye una producción artística ecléctica que crea un conjunto histórico único.

Pérez de la Riva diseñó un cementerio de planta cruciforme que se alejaba de la tradicional planta rectangular utilizada en los cementerios mediterráneos. El cementerio católico adoptaría la forma de cruz, emblema de la redención cristiana, que además facilitaría la posibilidad de realizar futuras ampliaciones prolongando los brazos de la misma.

El proyecto se completó con un cementerio civil, edificios civiles utilizados como viviendas del conserje, párroco y sepultureros, y una capilla actualmente desaparecida, que estuvo situada donde hoy se levanta la actual.

La gestión del Cementerio de Ciriego está a cargo de Cementerio Jardín de Cantabria S. A. desde 1991. A lo largo de estos años se han implementado mejoras para la administración del propio cementerio. El principal hito fue la digitalización de todos los libros de difuntos del cementerio. Esto permitió y permite dar un rápido servicio para localizar a los finados.