El vicepresidente del Gobierno de Cantabria, Pablo Zuloaga, ha presentado en el Centro de Arte Rupestre en Puente Viesgo el proyecto de digitalización fotogramétrica y recorrido virtual de las cuevas de El Rejo y La Fuente, en Val de San Vicente.
“Con esta herramienta difundimos este patrimonio de gran valor y que es de difícil acceso, abriendo la posibilidad de acercarlo al ámbito educativo, cultural y también turístico”, ha señalado Zuloaga, que ha recordado la importancia económica de la cultura y el patrimonio para Cantabria que posee 10 cuevas Patrimonio de la Humanidad y la mejor colección de arte mueble paleolítico del mundo.
“Cultura, patrimonio, investigación y economía van de la mano en el objetivo común de abrir oportunidades de futuro para Cantabria” ha asegurado.
En la presentación de este proyecto ha participado también el alcalde de Val de San Vicente, Roberto Escobedo, que ha explicado que desde el Ayuntamiento se van a promover actividades con los escolares y otros colectivos para aprovechar esta herramienta que también se abrirá al público en general en la Casa de Cultura Villa Mercedes en Unquera este mes de abril.
Las cuevas
La cueva de la Fuente del Salín, muy cerca del núcleo rural de Muñorrodero, tiene un rico yacimiento arqueológico y sus pinturas rupestres paleolíticas, con más de una veintena de manos positivas, negativas, rojas y negras, de hace unos 27 mil años, fueron descubiertas el 16 de octubre de 1985. Su investigación comenzó ese año y continúan hasta en la actualidad, lo que ha permitido alcanzar un amplio conocimiento científico de la cavidad.
Una de sus principales características es que el acceso actual debe de realizarse por un sifón activo del que emana gran cantidad de agua durante la mayor parte del año, lo que imposibilita el acceso a las galerías superiores, donde se encuentran las evidencias prehistóricas. Es por ello por lo que su accesibilidad es muy limitada para los investigadores profesionales, y completamente nula para la sociedad en general.
La cueva de El Rejo, en Luey, tiene un recorrido de 635 metros y está formada por dos largas galerías unidas por un profundo pozo vertical. Tanto la cueva como su entorno próximo está protegido bajo la figura de Zona Especial de Conservación por la Red Natura 2000 desde el 7 diciembre de 2004.
Para llegar a su entrada es necesario superar una zona de vegetación muy espesa y trepar por un farallón calizo que convierte en obligatorio el uso de equipamiento de seguridad y conocimiento en escalada.
Desde comienzos del siglo pasado se conocía su potente yacimiento arqueológico, pero hasta hace poco y gracias al uso de las nuevas tecnologías informáticas y fotográficas, se ha podido descubrir que las paredes de la cavidad también contienen arte parietal paleolítico, una serie de elementos gráficos que quedan fuera del rango de visión humano y que solo a través de la realidad virtual es posible observar.
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