[dsm_text_divider header=”Historia de El Ojancanu” color=”#009bdb” divider_weight=”4px” _builder_version=”4.19.5″ _module_preset=”default” header_level=”h1″ header_font=”Roboto|700|||||||” header_text_color=”#FFFFFF” custom_margin_tablet=”” custom_margin_phone=”-52px||||false|false” custom_margin_last_edited=”on|phone” header_font_size_tablet=”” header_font_size_phone=”22px” header_font_size_last_edited=”on|phone” global_colors_info=”{}” _i=”0″ _address=”1.0.0.0″ theme_builder_area=”post_content” /][dsm_lottie _builder_version=”4.16″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}” _i=”1″ _address=”1.0.0.1″ theme_builder_area=”post_content” /]
Plaza del Ayuntamiento concurrida

Hace muchos años, en los oscuros y misteriosos valles de Cantabria, se contaba la historia de una criatura legendario conocida como El Ojancanu. Su leyenda se transmitía de generación en generación, susurrada alrededor de hogueras y escuchada con cautela por aquellos que se aventuraban en las noches solitarias de la región.

El Ojancanu era descrito como una bestia salvaje y temible, de aspecto grotesco y desfigurado. Su cuerpo estaba cubierto de una densa piel, áspera y erizada de espinas, y sus ojos, inyectados de furia, brillaban con una luz sobrenatural. Se decía que su boca estaba llena de afilados colmillos, y su aliento era una ráfaga helada que helaba el aire a su alrededor.

Según las leyendas, El Ojancanu habitaba en los lugares más inhóspitos y oscuros de Cantabria, en cuevas profundas y en los recovecos de las montañas. Solo se aventuraba durante las noches más oscuras, cuando la luna apenas arrojaba un débil resplandor sobre la tierra. Era entonces cuando su presencia se hacía más evidente, aullando en la distancia y causando temor en los corazones de los cántabros.

Plaza del Ayuntamiento concurrida
[dsm_lottie _builder_version=”4.16″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}” _i=”0″ _address=”1.1.0.0″ theme_builder_area=”post_content” /]
Plaza del Ayuntamiento concurrida

El Ojancanu era conocido por su voracidad y su apetito insaciable. Se decía que acechaba a los viajeros solitarios y a los desprevenidos que se aventuraban demasiado cerca de sus dominios. Los cántabros relataban historias de encuentros escalofriantes, donde el Ojancanu emergía de las sombras, aterrorizando a quienes se cruzaban en su camino y llevándose consigo a los incautos.

Sin embargo, a pesar de su reputación aterradora, algunos creían que el Ojancanu no era solo una bestia despiadada. Algunos afirmaban que detrás de su apariencia monstruosa se escondía un ser atormentado, una criatura maldita por algún oscuro pasado. Según estas historias, el Ojancanu era el resultado de una maldición lanzada por los dioses, castigándolo por algún acto de traición o maldad.

La leyenda del Ojancanu se convirtió en una advertencia para aquellos que se alejaban de los caminos seguros y se aventuraban en las profundidades de los valles cántabros. Era un recordatorio de que el mundo está lleno de peligros y que incluso las criaturas más terroríficas tienen una historia y un propósito en el orden natural.

A medida que los años pasaron, la leyenda del Ojancanu se desvaneció en la oscuridad de los tiempos, pero su recuerdo persiste en el folclore de Cantabria. Hoy en día, cuando la noche cae sobre los valles y los vientos susurran entre los árboles, algunos dicen que aún pueden escuchar el aullido lejano del Ojancanu, recordándoles que la belleza y el misterio de la región están entrelazados con criaturas tanto temibles como fascinantes.

[dsm_text_divider header=”Audio historia de El Ojancanu ” color=”#009bdb” divider_weight=”4px” _builder_version=”4.19.5″ _module_preset=”default” header_level=”h2″ header_font=”|700|||||||” header_text_color=”#FFFFFF” background_layout=”dark” header_text_align_tablet=”” header_text_align_phone=”center” header_text_align_last_edited=”on|phone” header_font_size_tablet=”” header_font_size_phone=”22px” header_font_size_last_edited=”on|phone” global_colors_info=”{}” _i=”0″ _address=”1.2.0.0″ theme_builder_area=”post_content” /]

Añadir locución de la historia justo aquí 

[dsm_text_divider header=”Otras criaturas mágicas de Cantabria” color=”#009bdb” divider_weight=”4px” _builder_version=”4.19.5″ _module_preset=”default” header_level=”h2″ header_font=”|700|||||||” header_text_color=”#FFFFFF” custom_margin=”27px||||false|false” custom_margin_tablet=”” custom_margin_phone=”” custom_margin_last_edited=”on|desktop” header_text_align_tablet=”” header_text_align_phone=”center” header_text_align_last_edited=”on|phone” header_font_size_tablet=”” header_font_size_phone=”22px” header_font_size_last_edited=”on|phone” global_colors_info=”{}” _i=”0″ _address=”1.4.0.0″ theme_builder_area=”post_content” /]