Capítulo 1: El Encuentro en el Bosque
En lo profundo del bosque de Ruente, un pequeño pueblo olvidado en las montañas, se encontraba una antigua cabaña abandonada. Era conocida por su historia misteriosa y tenebrosa, pero nadie se atrevía a adentrarse en su interior… hasta que llegó Ana.
Ana, una joven aventurera, había escuchado las historias sobre la cabaña y su leyenda: el Angelito de Ruente. Se decía que aquel que se adentrara en la cabaña en busca del Angelito sería bendecido con la buena fortuna. Sin embargo, también había rumores de que algo siniestro acechaba en su interior.
Armada con su curiosidad y valentía, Ana decidió explorar la cabaña en busca del Angelito. El bosque susurraba a su alrededor mientras avanzaba, como si intentara advertirle de los peligros que la esperaban.
Capítulo 2: El Pacto Maldito
Al llegar a la cabaña, Ana sintió una presencia opresiva que parecía rodearla. La puerta chirriante se abrió con un crujido, revelando un interior oscuro y polvoriento. A medida que avanzaba, los escalofríos recorrían su cuerpo.
En el centro de la sala principal, se encontraba una estatua de un ángel pequeño y frágil. Se decía que aquel que lo encontrara y hiciera un pacto con él sería recompensado con suerte y felicidad eterna. Sin embargo, el pacto venía con un precio.
Sin pensarlo dos veces, Ana extendió su mano y tocó el Angelito. En ese momento, un escalofrío intenso la recorrió, como si una corriente eléctrica hubiera atravesado su cuerpo. Su mano quedó marcada con una extraña marca, un símbolo que sellaba su pacto con el Angelito.
Capítulo 3: La Buena Fortuna y el Desastre
A medida que pasaban los días, Ana notaba cambios en su vida. La buena fortuna parecía acompañarla en todo momento. Obtuvo un nuevo trabajo, encontró el amor y todo parecía ir viento en popa. Pero pronto se dio cuenta de que la felicidad venía con un precio alto.
Sus seres queridos comenzaron a experimentar desgracias inexplicables. Su pareja sufrió un accidente automovilístico, su mejor amiga enfermó gravemente y su familia enfrentó una serie de tragedias inesperadas.
Ana se sintió culpable por las desgracias que habían caído sobre aquellos que más amaba. Comenzó a sospechar que el Angelito de Ruente estaba detrás de todo, que su pacto había desatado una maldición que afectaba a todos los que estaban cerca de ella.
Capítulo 4: La Búsqueda de Respuestas
Determinada a deshacer el pacto y liberar a sus seres queridos de la desgracia, Ana se adentró nuevamente en el bosque de Ruente en busca de respuestas. Siguiendo pistas y leyendas locales, llegó a una vieja ermita escondida entre los árboles.
Dentro de la ermita, Ana descubrió un antiguo libro de hechizos. Con temor pero decidida, comenzó a estudiar sus páginas en busca de un conjuro que pudiera romper el pacto con el Angelito.
Capítulo 5: El Rito de Liberación
Con la ayuda del libro de hechizos, Ana aprendió sobre un antiguo rito de liberación. Debía regresar a la cabaña y realizar un conjuro especial para deshacer el pacto y romper la maldición que había caído sobre ella y sus seres queridos.
La noche de la luna llena, Ana volvió a la cabaña. Con velas encendidas y símbolos dibujados en el suelo, comenzó el rito de liberación. Recitó las palabras ancestrales y los gestos precisos mientras el viento soplaba con fuerza a su alrededor.
De repente, una figura oscura emergió de las sombras. El Angelito de Ruente se manifestó frente a Ana, su mirada amenazante y su sonrisa retorcida. Pero Ana no se dejó intimidar. Continuó el conjuro con determinación, ignorando las distracciones del Angelito.
Con un último grito, Ana pronunció las palabras finales del rito. Un destello de luz envolvió la cabaña y el Angelito desapareció en un torbellino de oscuridad. La maldición se había roto.
Capítulo 6: La Lección Aprendida
Tras el rito de liberación, Ana volvió a su vida, pero esta vez con una lección aprendida. Comprendió que la buena fortuna obtenida a través de un pacto oscuro solo trae consigo dolor y sufrimiento.
Aunque el Angelito de Ruente ya no acechaba su vida, las cicatrices emocionales permanecían. Ana se convirtió en una defensora de las advertencias del bosque y las leyendas de su tierra, advirtiendo a otros sobre los peligros de buscar la suerte a cualquier costo.
La cabaña de Ruente volvió a su silencio, oculta entre los árboles, esperando a los siguientes incautos que se aventuraran a buscar el Angelito. Pero esta vez, las advertencias serían escuchadas, y nadie más caería en la trampa de la maldición.
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