¿Alguna vez te has preguntado de dónde vienen las ideas?, ¿o por qué en tu proyecto anterior tenías tantas y hoy apenas se te ocurren un par?, ¿o si sabes distinguir las mejores de las peores? Hoy descubrirás cómo realizar la etapa de Ideación y pasar a la acción.

 

 

Debes de saber que TODOS PODEMOS TENER BUENAS IDEAS y podemos tenerlas cada vez que nos lo propongamos. Para ello, debemos desmitificar el típico pensamiento de que solamente unos pocos privilegiados con alguna especie de poder sobrenatural, son capaces de encontrarlas cada vez que lo necesitan.

Tener una idea es como construir un rompecabezas en nuestra mente, donde cada pieza es un elemento que puede combinarse con otro y otro, y así sucesivamente.  Lo grande que puede ser este rompecabezas depende de cómo de inmersos estamos en el contexto y de nuestra capacidad para relacionar elementos. Por lo tanto, una idea, es la que relaciona varios elementos o conceptos que no tienen una conexión obvia entre sí. 

A esta capacidad se le llama creatividad, pero como ya sabes por los blog anteriores, la creatividad es una capacidad presente en todo ser humano para adaptarse y encontrar soluciones a problemas. Por lo tanto, independientemente del sector al que te dediques, estimular tu creatividad puede dar lugar a ideas y soluciones muy buenas.

 

 

¿De dónde nacen las ideas? 

Como ya sabes, una idea está formada por la conexión y relación de varios elementos registrados en nuestro cerebro. Estos elementos que se almacenan inconscientemente formando nuestra experiencia visual.  Te animo a nutrirla viviendo, sintiendo, buscando referentes, analizando películas y fotografías, leyendo, escuchando, etc. 

Para estimular el nacimiento de nuevas ideas es muy bueno tener curiosidad y cuestionarse, escuchar necesidades que la gente lanza al aire, intentar ver más allá, descontextualizar objetos, conceptos y experiencias, incluso mirar dentro de nosotros mismos para ver qué temas nos mueven o necesitamos comunicar. Pero lo más importante es tener confianza para dar valor a tu punto de vista, a tus ideas y motivarte a seguir creando.

 

 

Te voy a confesar y recomendar un ejercicio muy bueno que realizo diariamente.

Constantemente intento ser consciente de los detalles, sensaciones y sucesos que giran a mi alrededor. De esta forma puedo ir creando ideas que, por pequeñas y absurdas que parezcan, están activando mi cerebro y creatividad. Nunca sabes a qué proyecto puede derivar en el futuro.

Esto hace que la cotidianeidad sea mucho más interesante. Con el paso del tiempo, además, comienza a salir de forma natural. Es como un juego que te permite estar abierto y receptivo a todo lo que pueda ocurrir. Yo lo llamo los ojos del turista, porque como ya sabes, cuando viajamos nos abrimos a vivir experiencias que en nuestro día a día ni se nos ocurrirían por nuestro ritmo frenético.

Para ello, te recomiendo llevar una pequeña libreta que no pese ni ocupe espacio siempre contigo ¡hasta las notas del móvil te pueden servir! Y cuando algo te llame mucho la atención o te evadas y se te ocurra una idea interesante puedes escribirla.

De esta forma cuando entres en bloqueo, puedes recurrir a estas notas y tener de donde partir superando así la hoja en blanco. Después todo es mucho más fácil porque siempre una idea te lleva a otra y a otra, y es maravilloso.

 

 

Ya tengo lo que puede ser una idea, y ahora ¿Qué hago?

Ya tienes un concepto, una palabra, un hecho o incluso una aproximación a la solución de un problema. Para poder sacarle el máximo partido debemos realizar los siguientes pasos:

  1. Deconstruye: 

Investiga sobre el concepto, intenta profundizar en el tema para poder deconstruirlo, ver de donde parte, qué características tiene, cuál es el contexto histórico-artístico, etc. Es decir, desglósalo hasta llegar a su esencia más simple, comprenderlo y poder hacer lo que quieras con ello.

  1. ¿Qué quieres contar?

Después busca el propósito y la finalidad. Y entonces será cuando podrás tener miles de elementos de los que partir para poder materializar esta idea.

  1. Establece nuevas conexiones. 

Los anteriores pasos te han dado infinita información sobre tu tema a tratar. Al simplificarlo y hacer un mapa mental, puedes ver todos los elementos que has conseguido. Es el momento de organizarlos y comenzar a establecer las conexiones.

  1. Llega la magia.

Ahora tu idea tiene una buena base y le has aportado mucha originalidad. Es el momento de añadir simbolismos y darle forma estética.  Para ello te recomiendo buscar referentes, y crear un MOOD BOARD (tablero de ideas) donde colocar imágenes, frases, colores, etc:

 

 
  1. ¡A bocetar!

Comenzamos a materializar la idea y transformarla en imagen. Para ello te recomiendo hacer una pequeña planificación previa y hacer bocetos jugando con diferentes composiciones y disposiciones de los elementos que formarán la imagen.

  1. Pasa a la acción.

Es el momento de darle vida a esa idea, de hacerla real. En próximos blog te hablaré de cómo hacer una buena preproducción después de tener la idea clara, de diferentes estilos artísticos y técnicas para que puedas dar vida a tus ideas sin complicaciones.

 
Espero haberte ayudado un poquito a dar forma a esas ideas tan buenas que tienes. Me despido hasta el próximo blog, pero ya sabes que puedes contarme tus dudas por redes y seguir las muchas cositas que hago y enseño por ellas.

 

Te dejo por aquí el último video que he realizado para YouTube, en el que te enseño todo lo que hay detrás de un cortometraje. Espero que te inspire y divierta tanto como a mí:

Te agradecería que si te gusta mi contenido te suscribas y compartas para apoyarme a seguir creando comunidad y ayudarnos entre todos.

Un abrazo enorme, ¡hasta la próxima!